Conciencia fonémica: malentendidos y aspectos clave (Mesmer y Kambach, 2022)

Introducción

La conciencia fonémica implica comprender que las palabras están hechas de sonidos individuales que es posible manipular. Saber que /s/ es el primer sonido que escuchamos en /sol/ o que si junto estos cuatro sonidos /m/, /e/, /s/, /a/ la palabra resultante es /mesa/ son tareas de conciencia fonémica. La conciencia fonémica es muy importante, ya que, en idiomas alfabéticos (como el castellano), los niños deben conocer las correspondencias entre las letras y sus sonidos para aprender a leer (Sargiani et al., 2022). Por tanto, es una habilidad cuya enseñanza se debe abordar explícitamente, sobre todo con los más vulnerables. Mesmer y Kambach (2022) revisan algunos aspectos clave.



1. El fonema es la unidad más importante

La conciencia fonológica va de las unidades grandes a las pequeñas. Primero los niños son capaces de romper oralmente las frases en las palabras que las constituyen (conciencia léxica). Más tarde, pueden romper las palabras en sus sílabas (conciencia silábica). Finalmente, pueden romper las palabras en sus fonemas (conciencia fonémica). Muchos programas de conciencia fonológica dejan de lado manipular los fonemas, cuando es la habilidad más importante a trabajar. De hecho, según Willingham (2017), para comenzar a leer los niños necesitan: a) entender que las palabras están hechas de fonemas, b) discriminar visualmente las letras y c) ser capaces de asociar cada letra con su fonema.

2. La conciencia fonémica no es el objetivo final

Mesmer y Kambach (2022) nos recuerdan que, al igual que aprender a decodificar las palabras escritas constituye un paso hacia la comprensión (objetivo final), la conciencia fonémica es una habilidad del lenguaje oral cuyo objetivo final es facilitar que los niños acaben adquiriendo las correspondencias entre las letras y sus sonidos. Por eso, de todas las habilidades de conciencia fonológica la conciencia fonémica es la más importante. Otras habilidades como la conciencia silábica (que implica manipular  las sílabas de palabras. Por ejemplo: /me/-/sa/) son previas y solo sirven para facilitar que los niños lleguen a manipular más tarde los fonemas (conciencia fonémica). No son un fin en sí mismo.

3. La conciencia fonémica se comienza a trabajar sin letras, pero con un propósito en mente

Mesmer y Kambach (2022) indican que ayudar a los niños a aislar, segmentar, integrar y manipular los fonemas que componen las palabras supone entrenarlos en una habilidad que es muy poco intuitiva. Esto se lleva a cabo al principio sin letras, usando diferentes apoyos visuales que ayuden a los niños a desarrollar tareas que, en un primer momento, tienen cierta complejidad. No obstante, las autoras indican que el profesional no debe olvidar que el objetivo final será que el niño aprenda a conectar dichos sonidos con las letras que los representan.

4. Es conveniente coordinar la conciencia fonémica con la enseñanza de las reglas de conversión entre grafemas y fonemas

También recomiendan que, llegado el momento, tratemos de conectar la conciencia fonémica con la enseñanza de las correspondencias entre letras y sonidos. Trato de poner un ejemplo sencillo. El profesional podría empezar preguntando a los niños si escuchan el sonido /s/ en algunas palabras que él va a nombrar (conciencia fonémica). Los niños rodearían con un círculo aquellos dibujos cuyos nombres incluyen el sonido /s/. Una vez que los niños han hecho esta tarea, el profesional enseñaría y relacionaría explícitamente el sonido /s/ con su letra correspondiente “s”.

Referencias

Mesmer, H. A. y Kambach, A. (2022). Beyond labels and agendas: Research teachers need to know about phonics and phonological awareness. The Reading Teacher, 76(1), 62-72.


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