Tres investigaciones sobre el uso de articulemas para la mejora de la conciencia fonémica y el aprendizaje de la lectura

Según Ehri (2020) para aprender a leer los niños necesitan de dos importantes aprendizajes. El primero de ellos tiene que ver con las habilidades de segmentación fonémica, esto es, los niños tienen que ser capaces de entender que las palabras están compuestas por sonidos individuales (fonemas) que podemos manipular y ensamblar de diferentes formas (conciencia fonémica). El segundo de ellos tiene que ver con el principio alfabético, esto es, los niños tienen que entender que cada letra o grafema, representa un sonido o fonema. Una vez que los niños desarrollan ambos aprendizajes pueden ir decodificando palabras desconocidas y, progresivamente, automatizando el reconocimiento de las palabras escritas.

Sin embargo, este aprendizaje no siempre es sencillo. Los fonemas son muy abstractos y algunos niños necesitan una enseñanza muy explícita y focalizada para adquirir el principio alfabético. Esto parece clave y, por ello, no es de extrañar que la conciencia fonémica se haya reportado como un predictor del aprendizaje de la lectura en lenguas opacas (Hjetland et al, 2017) y transparentes (Súarez-Coalla et al., 2013).

Un material que, según algunas investigaciones, podría ayudar a los niños a desarrollar sus habilidades de segmentación fonémica y la adquisición del principio alfabético son los articulemas. Los articulemas son imágenes que representan la posición de la boca en la producción de un determinado fonema. El articulema de la /f/, de esta forma, se representaría mediante unos dientes apoyados en el labio inferior. Veamos algunos estudios que avalan el uso de articulemas en la enseñanza de la lectura y la explicación que dan algunos autores respecto a las mejoras observadas.

El trabajo de Castiglioni-Spalten y Ehri (2003)

En este estudio participaron 45 niños con una media de edad de 5.9 años. Los niños tenían un conocimiento parcial del principio alfabético. El objetivo del estudio fue el de desarrollar una serie de habilidades que permitieran a los niños aprender a leer. Para ello se diseñaron tres grupos. El grupo 1, es el que más nos interesa. Estos niños trabajaban habilidades de segmentación fonémica, instrucción del principio alfabético y se ayudaban mediante articulemas para representar y manipular los fonemas. El grupo 2 era similar al 1, pero retiraba el uso de articulemas de la intervención. El grupo 3 estaba más centrado en el conocimiento del alfabeto que en el manejo de los sonidos (aprendían el nombre y la forma de las letras con diferentes juegos). Los resultados mostraron que aquellos niños que trabajaron actividades de conciencia fonémica (grupo 1 y 2) eran más capaces de segmentar y manipular los fonemas al final de la intervención. Sin embargo, el grupo 1 (que uso articulemas para apoyar las habilidades de segmentación fonémica) fue el que mejor transfirió esas habilidades a la lectura de palabras desconocidas.

El trabajo de Boyer y Ehri (2011)

En este estudio participaron 60 niños con una media de edad de 4.9 años. Estos niños partían de unas muy básicas habilidades de segmentación fonémica y de un conocimiento muy limitado del principio alfabético y de las relaciones entre grafemas y fonemas. El objetivo del estudio fue el de enseñar las habilidades básicas para que los niños empezaran a leer. Para ello se diseñaron tres grupos. El primero de ellos trabajó habilidades de segmentación fonémica e instrucción del principio alfabético empleando, únicamente, letras (LO). El segundo de ellos trabajó de forma similar, pero empleando tanto letras como articulemas (LPA). El tercer grupo, constituyó un grupo control que no recibió ningún tipo de intervención. Los resultados mostraron que, como era esperable, los grupos LO y LPA mejoraron sus habilidades de segmentación fonémica y de lectura de palabras respecto al grupo control. Sin embargo, el grupo que había usado letras y articulemas (LPA) aprendió de forma significativamente más rápida a leer las palabras que los investigadores le presentaban y necesitó menos intentos que el grupo que solo había usado letras (LO). 

El trabajo de Becker y Sylvan (2020)

En este estudio participaron 17 niños cuya media de edad era de 60.64 meses (unos cinco años). Este estudio es metodológicamente diferente, ya que se trata de un diseño de caso único. Como puede verse en la imagen, en una primera fase denominada "línea base" se tomaron medidas de los niveles iniciales en las habilidades de lectura de palabras  de los participantes (entre otras medidas). En una segunda fase, se aplicó un programa de lectura tradicional durante siete semanas. Dicho programa no trabajaba habilidades de segmentación fonémica ni  empleaba articulemas. Finalmente, en la tercera fase se aplicó un programa que duró siete semanas y que incluía la enseñanza del principio alfabético, habilidades de segmentación fonémica y uso de articulemas. Puede verse como en esta última fase las habilidades de decodificación de los niños aumentaron considerablemente respecto a los obtenidos mediante un programa tradicional de enseñanza de la lectura (la media de palabras correctamente leídas aumento significativamente al comparar los resultados obtenidos en la fase 3 respecto a los obtenidos en la fase 2).

¿Por qué parecen ayudar los articulemas?

Los hallazgos anteriores parecen respaldados por otros trabajos de laboratorio (Faqhuarson, 2019; Lalonde y Holt, 2015). ¿Por qué parecen ayudar los articulemas a adquirir el principio alfabético y a manipular los fonemas? Los autores suelen explicar estos resultados indicando que el entrenamiento con letras y articulemas activa las características articulatorias de los fonemas, de tal forma que las conexiones entre los símbolos de las letras (grafemas) y sus sonidos (fonemas) quedan mejor aseguradas en la memoria. Estos resultados son coherentes con la llamada teoría motora de la percepción del habla (Liberman, 1999), que indica que la conciencia sobre los aspectos articulatorios de los fonemas ayuda a su representación y memorización. No obstante, se debe ser prudente. No contamos con estudios de este tipo en castellano y, además, precisamos de revisiones sistemáticas que nos den información de hasta qué punto estos resultados pueden ser generalizables a otros contextos y poblaciones. A pesar de todo, los hallazgos encontrados son interesantes y tienen muchas utilidades potenciales.

Referencias

Becker, R. y Sylvan, L. (2021). Coupling Articulatory Placement Strategies With Phonemic Awareness Instruction to Support Emergent Literacy Skills in Preschool Children: A Collaborative Approach. Language, speech, and hearing services in schools, 52(2), 661-674.

Boyer, N. y Ehri, L. C. (2011). Contribution of phonemic segmentation instruction with letters and articulation pictures to word reading and spelling in beginners. Scientific Studies of Reading, 15(5), 440-470.

Castiglioni-Spalten, M. L. y Ehri, L. C. (2003). Phonemic awareness instruction: Contribution of articulatory segmentation to novice beginners' reading and spelling. Scientific Studies of Reading, 7(1), 25-52.

Ehri, L. C. (2020). The science of learning to read words: A case for systematic phonics instruction. Reading Research Quarterly, 55, S45-S60.

Hjetland, H. N., Brinchmann, E. I., Scherer, R. y Melby‐Lervåg, M. (2017). Preschool predictors of later reading comprehension ability: A systematic review. Campbell Systematic Reviews, 13(1), 1-155.

Lalonde, K. y Holt, R. F. (2015). Preschoolers benefit from visually salient speech cues. Journal of Speech, Language, and Hearing Research, 58(1), 135-150.

Farquharson, K. (2019). It might not be “just artic”: The case for the single sound error. Perspectives of the ASHA Special Interest Groups, 4(1), 76-84.

Suárez-Coalla, P., García-de-Castro, M. y Cuetos, F. (2013). Variables predictoras de la lectura y la escritura en castellano. Infancia y aprendizaje, 36(1), 77-89.

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