VAULT: una intervención para ayudar a los hablantes tardíos a adquirir sus primeras palabras

¿Qué es un hablante tardío?

Se ha usado el término “hablante tardío” para definir a aquellos niños que presentan un retraso en la aparición del lenguaje temprano que se da en ausencia de déficits cognitivos, sensoriales o motores, así como de enfermedades genéticas o neurológicas (Leonard, 2014). Los indicadores que suelen usarse para identificar a un niño como un hablante tardío son que a los 24 meses presente menos de 50 palabras o que se muestre incapaz de hacer de combinaciones de dos o más palabras (Capone-Singleton, 2018). Se trata de un problema relativamente frecuente: algunos trabajos indican que el 13% de los niños fueron hablantes tardíos en su desarrollo temprano.

¿Deben los hablantes tardíos recibir intervención?

Los especialistas parecen recomendarlo. Las justificaciones que se dan para ello son diversas. En primer lugar, cerca de un 20% de los niños que fueron en su momento hablantes tardíos muestran dificultades graves y persistentes que acaban en el diagnóstico de un Trastorno del Desarrollo del Lenguaje (TDL; Bishop et al., 2017). En segundo lugar, muchos hablantes tardíos que no cumplen los criterios para el diagnóstico del TDL presentan habilidades lingüísticas más pobres que sus iguales llegada la adolescencia (Rescorla, 2009). En tercer lugar, la incapacidad para comunicarse parece afectar a las relaciones familiares y se asocia a mayores rabietas y frustración en los niños (Manning et al., 2017).


El protocolo VAULT

De manera muy resumida, la denominada “Vocabulary Acquisition and Usage for Late Talkers” (VAULT) es una intervención que se aplica de manera individualizada y que trata de emplear principios de aprendizaje implícito o estadístico (el profesional no enseña de forma directa) para que aquellos niños considerados como hablantes tardíos adquieran sus primeras palabras (Plante y Gómez, 2018). Que yo haya podido revisar, VAULT ha sido testado en diferentes trabajos desarrollados bajo la dirección de Mary Alt (Alt et al., 2014; Alt et al., 2020; Alt et al., 2022). Dichos estudios han mostrado resultados que avalan su utilidad. Vamos a tratar de revisar las partes esenciales de esta intervención.

Un breve marco teórico

Aprender una palabra implica ligar la representación fonológica de la misma (/perro/) a su referente (ejemplo; el animal que muestro en una foto) y, posteriormente, generalizarlo a otros ejemplares. Dado que los niños no han desarrollado aún un léxico mínimo, los profesionales deben renunciar a la posibilidad de enseñar las palabras de forma directa y deben recurrir a métodos que conlleven aprendizaje implícito o estadístico (Plante y Gómez, 2018). Para ello, los profesionales deben cumplir dos principios. Regularidad: la palabra debe de aparecer ligada a su referente una enorme cantidad de veces. Variabilidad: la palabra debe aparecer en diferentes contextos y frases para favorecer la generalización.

Sobre la selección de las palabras a adquirir

Las palabras seleccionadas para ser objetivo de la intervención se escogen en base a algunos criterios: a) se trata de palabras que no están en el vocabulario expresivo del niño, b) este no hace ninguna aproximación fonológica de las mismas y c) dichas palabras están relacionadas con aspectos cotidianos a los que el niño está muy expuesto (comidas frecuentes, bebidas, miembros de la familia, objetos de la casa, etc.). Las palabras a adquirir se seleccionan de manera individual para cada niño en colaboración con la familia. Los profesionales buscan, eso sí, que dichas palabras tengan una estructura fonológica sencilla (pocas sílabas y frecuentes) y que la frecuencia léxica sea alta.

Una breve descripción de la intervención

La intervención se aplica de manera individualizada por parte del profesional, aunque la familia está invitada a asistir a las sesiones. Se escogen entre tres y seis palabras objetivo por sesión, dependiendo de diversos factores. Los profesionales planifican al menos 5 maneras de presentar la palabra. Por ejemplo, para la palabra “perro” se podría escoger una foto de un perro, un perro de juguete, un perro de peluche, un libro de perros y un dibujo de un perro coloreado por el propio niño. Los profesionales deben presentar cada palabra al menos 67 veces durante cada sesión de intervención. Deben, además, anotar las imitaciones o aproximaciones que el niño hace de las palabras objetivo.

Para ello se seleccionan diferentes actividades. Las más comunes tienen que ver con situaciones de juego (dar de comer a un personaje) y con lecturas compartidas de cuentos que incorporan la palabra objetivo.  Los profesionales deben evitar en todo momento frases gramaticalmente incorrectas o telegráficas. En base a lo anterior se ve cómo los profesionales cumplen con los principios de regularidad (la palabra aparece una enorme cantidad de veces ligada al referente) y variabilidad (la palabra aparece ligada a diferentes referentes, en varios contextos y en diferentes frases). Al final de cada sesión la familia recibe una hoja en la que deben anotar si los niños producen la palabra objetivo de manera espontánea durante la siguiente semana. 

Conclusiones y prudencia

La intervención VAULT parece ser eficaz para ayudar a los niños a adquirir sus primeras palabras. De hecho, en la mayoría de los trabajos cada una de las palabras objetivo se empareja con una palabra control (no utilizada durante la intervención) que está igualada en frecuencia léxica y silábica. Los niños suelen mostrar mejoras amplias y significativas en la adquisición de las palabras objetivo cuando se comparan con la adquisición de las palabras control. Sin embargo, no todos los niños responden de igual manera a la intervención. En todos los estudios sobre VAULT, de hecho, se reporta algún pequeño porcentaje de niños que no parece mejorar y que nos invita, como siempre,  a una necesaria prudencia y a una atención individualizada. 

Referencias

Alt, M., Mettler, H. M., Erikson, J. A., Figueroa, C. R., Etters-Thomas, S. E., Arizmendi, G. D. y Oglivie, T. (2020). Exploring input parameters in an expressive vocabulary treatment with late talkers. Journal of Speech, Language, and Hearing Research, 63(1), 216-233.

Alt, M., Figueroa, C. R., Mettler, H. M., Evans-Reitz, N. y Erikson, J. A. (2022). A vocabulary acquisition and usage for late talkers treatment efficacy study: the effect of input utterance length and identification of responder profiles. Journal of Speech, Language, and Hearing Research, 64(4), 1235-1255.

Alt, M., Meyers, C., Oglivie, T., Nicholas, K. y Arizmendi, G. (2014). Cross-situational statistically based word learning intervention for late-talking toddlers. Journal of Communication Disorders, 52, 207-220.

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