Actualizando los diferentes tipos de malos lectores en base al modelo simple de lectura (Hoover, 2024)
El modelo simple de lectura
El modelo simple de lectura es, probablemente, el más sólido y, debido a su sencillez, el más útil para aplicar en la práctica profesional. Este modelo indica que la comprensión lectora es el producto de dos habilidades básicas: la decodificación y la comprensión del lenguaje (Com.= D x CL).
La decodificación se define como la capacidad de reconocer las palabras escritas de forma precisa y fluida. La compresión del lenguaje tendría que ver con la habilidad de entender el lenguaje hablado. Las dos habilidades serían necesarias, pero no suficientes y bastaría con que una de ellas tuviera un valor de 0 para que no hubiera comprensión lectora. Se trata de un modelo esencial para evaluar e intervenir con niños con dificultades en la lectura. En base a este modelo podríamos considerar diferentes tipos clásicos de malos lectores.
Tres tipos de tipos de malos lectores
En base a esto podríamos ver en la imagen tres tipos clásicos de malos lectores: a) los que decodifican bien, pero tienen una baja comprensión del lenguaje (ej. Trastorno del desarrollo del lenguaje -1), b) los que decodifican mal, pero tienen una buena comprensión del lenguaje (ej. Dislexia - 3) y c) los que tienen problemas para decodificar y también en la comprensión del lenguaje (2).
Problemas de esta clasificación de malos lectores
El principal problema de esta clasificación es que varios investigadores han señalado que es posible encontrar niños con una mala comprensión lectora que, sin embargo, muestran una decodificación y una comprensión del lenguaje que se encuentran cercanas a la media (Duke y Cartwright, 2021). Duke y Cartwright (2021), por ejemplo, indican que esto se debe a que el modelo deja fuera capacidades como la autorregulación o las funciones ejecutivas, que son importantes para comprender lo leído. No obstante, no hay un consenso definitivo al respecto. Hoover (2024) responde a estas críticas indicando que, de hecho, encontrar este tipo de niños es lo que teóricamente sería esperable si uno entiende bien el modelo simple de lectura. Por ello, ofrece una clasificación en la que hay cuatro tipos de malos lectores en lugar de tres. Veamos cuál es su justificación.
Predicciones en base al modelo simple de lectura (I)
Siguiendo a Hoover (2024), es posible hacer toda una serie de predicciones en torno al modelo:
- Si la decodificación es perfecta, pero la comprensión del lenguaje está ausente, la comprensión lectora no será posible (es decir, si D = 1 y CL = 0, entonces Com. = 1 × 0 = 0). Esto es lo que pasaría en algunos niños con trastorno del espectro del autismo (TEA), que se caracterizan por tener “hiperlexia”, es decir, la capacidad de decodificar en ausencia de comprensión del lenguaje.
- Si ocurre el patrón opuesto, donde la decodificación está ausente, pero la habilidad de comprensión del lenguaje es perfecta, la comprensión lectora tampoco será posible (es decir, si D = 0 y CL = 1, entonces Com. = 0 × 1 = 0). Esto sería cercano a lo que encontramos en algunos niños con dislexia, que muestran problemas severos para decodificar.
- Si tanto la decodificación como la comprensión del lenguaje están ausentes, entonces la comprensión lectora no será posible (es decir, si D = 0 y CL = 0, entonces Com. = 0 × 0 = 0).
- Si tanto la decodificación como la comprensión del lenguaje son perfectos, entonces la lectura será perfecta (es decir, si D = 1 y CL = 1, entonces Com. = 1 × 1 = 1).
Un último tipo de mal lector: habilidades medias, pero insuficientes para comprender
Imaginemos que tanto la decodificación como la comprensión del lenguaje estuvieran ambas ligeramente por encima de la media (0.60). Por tanto, si D = 0.60 y CL = 0.60, entonces Com. = 0.60 × 0.60 = 0.36). Es decir, una comprensión del lenguaje media y una decodificación media darían como resultado una comprensión lectora por debajo de la media. Esto es justamente lo que Hoover (2024) defiende y que, teóricamente, podría verse en un gráfico en tres dimensiones como el que he incluido. Estaríamos ante un último tipo de mal lector: niños con habilidades de decodificación y de comprensión del lenguaje que, estando por encima de la media, resultan insuficientes para comprender lo leído.
He elaborado un pequeño gráfico, basándome en el trabajo de Hoover (2024). En él se puede ver cómo, en base al modelo, con una decodificación y una comprensión del lenguaje medías no siempre darían lugar a una buena comprensión lectora.
Actualizando los tipos de malos lectores
Por tanto, siguiendo el trabajo de Tummer (2024), podemos incluir en nuestro gráfico un cuarto tipo de mal lector. Niños cuyas dificultades en la decodificación y la comprensión del lenguaje son buenas, pero insuficientes.
El debate en torno a los tipos de malos lectores
Como hemos señalado anteriormente, diversos estudios identifican grupos de lectores con mala comprensión lectora que no muestran problemas en sus habilidades de decodificación ni en su comprensión del lenguaje. Las explicaciones de estos hallazgos han tomado tres formas distintas. La primera es que existen otras variables proximales no medidas, como la autorregulación, que también son importantes (véase, por ejemplo, el modelo de Duke y Cartwright (2021)). La segunda explicación es que estos hallazgos se deban a problemas en la fiabilidad de los instrumentos de medida o en los puntos de corte establecidos. La tercera explicación es la que ofrece Hoover (2024), resultando muy sugerente. Muchos de estos niños podrían ser un cuarto tipo de mal lector. Serían aquellos niños cuyas habilidades para decodificar y para comprender el lenguaje son buenas, pero no suficientes para comprender.
Referencias
Hoover, W. A. (2024). The simple view of reading and its broad types of reading difficulties. Reading and Writing, 37(9), 2277-2298.
Comentarios
Publicar un comentario