Cross-situational statistical learning (CSSL): un paradigma de intervención para niños que se consideran hablantes tardíos (Alt et al., 2014; 2020)

Usamos la etiqueta de "hablante tardío" para referirnos a aquellos niños que, sin presentar pérdida auditiva o daño cognitivo, producen menos de 50 palabras a los 24 meses o no son capaces de formar oraciones de dos o más elementos (Horbath et al., 2022). La prevalencia de los hablantes tardíos se ha estimado entre un 10 % y un 20 % a los dos años (Zubrick et al., 2007). Sabemos que estos niños necesitan intervención por varios motivos. El primero es que un porcentaje significativo de ellos desarrollará un trastorno del desarrollo del lenguaje, por lo que la atención temprana será fundamental. El segundo es que, incluso aquellos que no presenten este trastorno, podrán mostrar, en la adolescencia, un menor desempeño lingüístico. El cross-situational statistical learning (CSSL) supone un paradigma interesante para intervenir con estos niños (Alt et al., 2014; 2020).

Cross-situational statistical learning


Alt et al. (2014; 2020) parten de la hipótesis de que los hablantes tardíos se caracterizan por tener un sistema de aprendizaje de vocabulario que funciona de manera ineficaz. A edades tempranas, el vocabulario se aprende de forma implícita, captando regularidades recurrentes en el habla de los demás. Los niños van conectando los segmentos fonológicos, que configuran las palabras, con los objetos físicos y cotidianos que nos rodean en el contexto, en base a las interacciones sociales. A este tipo de aprendizaje se le denomina cross-situational statistical learning (CSSL). El CSSL nos informa de cómo podríamos modificar el ambiente para favorecer que el niño aprenda sus primeras palabras. Para esto, importan dos cosas: la dosis y la variabilidad. Veamos cada una de ellas.

Dosis

Lo primero que debemos modificar en una intervención con hablantes tardíos es la dosis, es decir, las veces en las que el niño se expone a la palabra que queremos que aprenda. Sabemos que, para que esto pueda tener lugar, la palabra debe presentarse de forma masiva y consistente dentro de frases cortas y ligada al objeto que esta representa (Plante y Gómez, 2018).  Cuando hablamos de "masiva", Alt et al. (2014) han encontrado que puede ser necesario presentarla hasta 64 veces en sesiones de media hora de duración. En estudios posteriores, se ha encontrado que quizá con una dosis más baja de 45 exposiciones por sesión podría bastar (Alt et al., 2020).  El CSSL nos indica que lo primero que hay que modificar, por tanto, es la saliencia de la palabra en el ambiente del niño.

Variabilidad

Uno de los principios del CSSL es que, para que la palabra pueda aprenderse, todo lo que no sea esta debe variar lo máximo posible (Plante y Gómez, 2018). Es posible distinguir, en el diseño de intervención, entre variabilidad física y variabilidad lingüística. La variabilidad física tiene que ver con presentar la palabra ligada a objetos variables. Si presento la palabra perro, debo mostrarla asociada a diversos referentes, como la fotografía de un perro, un peluche de perro, un perro de juguete o un libro de cuentos en el que aparezcan perros. La variabilidad lingüística se refiere a presentar la palabra en frases gramaticalmente variables, tratando de que pueda ejercer distintas funciones sintácticas en la oración, cambiando los verbos y asegurándose de que aparezca tanto al principio como al final de la frase.

Un ejemplo práctico

Tratando de poner un ejemplo práctico, podríamos diseñar una intervención que incorporara situaciones variables, como lectura compartida o una situación de juego en la que aparecieran entre tres y seis palabras objetivo, ligadas a diferentes objetos o referentes. Deberíamos asegurarnos de que las palabras aparecieran tanto al principio como al final de las oraciones, en frases gramaticalmente diversas y con verbos diferentes, de forma muy masiva en un corto espacio de tiempo. Cabe decir que las palabras que seleccionemos deberían ser nombres muy frecuentes, que generen interés en el niño, que este aún no haya adquirido y que sean fonológicamente simples, es decir, que tengan pocas sílabas y una estructura silábica sencilla. Es posible ver el diseño de la sesión con la palabra conejo en la siguiente imagen.


Referencias

Alt, M., Mettler, H. M., Erikson, J. A., Figueroa, C. R., Etters-Thomas, S. E., Arizmendi, G. D. y Oglivie, T. (2020). Exploring input parameters in an expressive vocabulary treatment with late talkers. Journal of Speech, Language, and Hearing Research, 63(1), 216-233.

Alt, M., Meyers, C., Oglivie, T., Nicholas, K. y Arizmendi, G. (2014). Cross-situational statistically based word learning intervention for late-talking toddlers. Journal of Communication Disorders, 52, 207-220.

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