Enhanced Milieu Teaching: una intervención para la mejora del lenguaje y la comunicación en las primeras etapas del desarrollo

Muchos niños muestran problemas tempranos en el desarrollo del lenguaje y la comunicación que pueden estar o no asociados a otros problemas del desarrollo. Por ello, plantear objetivos para incrementar la frecuencia de la interacciones y la comunicación, aumentar la diversidad, la longitud y la función de los enunciados, mejorar la complejidad del lenguaje y el habla o generalizar esas mejoras a otros contextos es necesario para algunos niños. 

En ese contexto Enhanced Milieu Teaching (EMT) es una intervención pensada para la mejora del lenguaje y la comunicación en las primeras etapas del desarrollo que ha sido validada empíricamente.

Población objetivo

EMT se usa con niños que tienen un retraso en las primeras etapas del lenguaje y la comunicación. Kaiser et al. (1992) la recomendaban, tradicionalmente, para niños que tuvieran una longitud media del enunciado entre 1.0 y 3.5 palabras o que manejaran al menos 10 palabras y que fueran capaces de realizar imitaciones verbales. Sin ser exhaustivo, se ha aplicado, por ejemplo, en niños con discapacidad intelectual (Kaiser y Roberts, 2013), TDL (Kaiser y Roberts, 2015), Síndrome de Down (Wright et al., 2013)  y, principalmente, en niños con autismo (Kasari et al., 2014) .

Además, algunas aplicaciones recientes indican que los criterios de Kaiser et al. (1992) podrían flexibilizarse un poco. De hecho, se ha aplicado la intervención también, acompañada de sistemas aumentativos y alternativos de comunicación en niños que eran mínimamente verbales (se ha implementado, por ejemplo, acompañada de lengua de signos) y se ha aplicado en niños con autismo que no cumplían el criterio de producir al menos diez palabras.
No obstante, a modo de resumen, parece recomendable para niños pequeños que tengan un léxico mínimo y emergente, así como cierta pobreza en sus interacciones comunicativas.


¿Quién aplica EMT y en qué contextos?

Aunque se ha llegado a aplicar de forma ambulatoria en entornos clínicos por parte de profesionales especialistas (Hancock y Kaiser, 2002), la mayoría de las veces la intervención se aplica en contextos cotidianos/ naturales (Kaiser y Hampton, 2017). Suele implementarse por parte de padres y/o cuidadores a los que se entrena para mejorar las interacciones con sus hijos, de tal manera que estas favorezcan el desarrollo del lenguaje y la comunicación. Algunos autores entrenan a los padres a través de sistemas que implican: a) enseñar las estrategias, b) modelarlas, c) practicarlas y d) revisarlas.


Implementando Enhanced Milieu Teaching

Hancock et al. (2016) (divergiendo un poco, quizás, de la forma de presentar la intervención de Kaiser y Hampton, 2017) dividen la aplicación EMT en la implementación de tres tipos de estrategias.

1. Estrategias para conectar

Se trata de estrategias que buscan conectar a nivel comunicativo al adulto con el niño en situaciones cotidianas o de juego. Para ello, se enseñan a los padres estrategias como: a) ser menos directivos y seguir las interacciones de sus hijos, b) modificar el contexto de forma que favorezca las interacciones, c) generar turnos en la comunicación, d) imitar las conductas de sus hijos.

2. Estrategias de apoyo

Una vez conectados en situaciones comunicativas se usan de forma responsiva, por ejemplo, estrategias como las expansiones, donde los adultos reformulan los enunciados del niño añadiendo más complejidad y detalles al mensaje del niño.

3. Estrategias de enseñanza

Un último paso conlleva incorporar estrategias que enseñan lenguaje como el modelado, la modificación del ambiente para inducir al niño a hacer peticiones y elicitaciones para inducir a la comunicación (prompts). Conviene a los interesados revisar el manual para ver las estrategias en detalle.

Validez empírica

EMT se ha aplicado de maneras diversas, por lo que no es sencillo acotar su validación. Tanto Hancock et al. (2016) como Kaiser y Hampton (2017) presentan gran cantidad de estudios asociados a resultados positivos que se han complementado con otros más recientes. A nivel metodológico los estudios difieren: hay estudios controlados y aleatorizados, pero también cuasi-experimentales y, sobre todo, diseños experimentales de caso único (que suelen tender a inflar algo los efectos). No obstante, parece una intervención muy replicada en diversos contextos y asociada a efectos positivos para una gran parte de los niños que la reciben.

Sobre la heterogeneidad de Enhanced Milieu Teaching

Hay que recordar que EMT tiene diversas derivaciones. Se ha aplicado con algunas variaciones, por diferentes agentes y en diversos contextos. Por ejemplo, a veces se le incorpora un programa llamado JASPER (Joint Attention, Symbolic Play, Engament and Regulation) pensado para mejorar las interacciones y la comunicación en niños con autismo. Para aquellos interesados en una visión más global de EMT recomiendo los capítulos de manual de Hancock et al. (2016) o Kaiser y Hampton (2017), cuyas referencias incluyo en el blog y pueden ayudar a profundizar en ella.  

Referencias

Hancock, Tchildren. B., Ledbetter-Cho, K., Howell, A. y Lang, R. (2016). Enhanced milieu teaching. Early intervention for young with autism spectrum disorder, 177-218.

Kaiser, A. P. y Hampton, L. (2017). Enhanced Milieu Teaching. In R. McCauley, M. Fey y R. Gillam (Eds.), Treatment of language disorders (2nd ed.). Brookes.

Kaiser, A. P. y Roberts, M. Y. (2013). Parent-implemented enhanced milieu teaching with preschool children who have intellectual disabilities.

Kasari, C., Kaiser, A. P., Goods, K., Nietfeld, J., Mathy, P., Landa, R y Almirall, D. (2014). Communication interventions for minimally verbal children with autism: A sequential multiple assignment randomized trial. Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, 53(6), 635-646.

Roberts, M. Y. y Kaiser, A. P. (2015). Early intervention for toddlers with language delays: A randomized controlled trial. Pediatrics, 135(4), 686-693.

Wright, C. A., Kaiser, A. P., Reikowsky, D. I. y Roberts, M. Y. (2013). Effects of a naturalistic sign intervention on expressive language of toddlers with Down syndrome.

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