Para aquellos interesados en las dificultades de aprendizaje en la escuela, los déficits en el desarrollo del lenguaje constituyen siempre un foco de interés. La influencia del vocabulario o el desarrollo gramatical de los niños de edades tempranas, por ejemplo, en la posterior comprensión lectora parece muy evidente (Hjetland et al., 2017).
Los niños con Trastorno del
Desarrollo del Lenguaje (TDL), por lo tanto, son un grupo de riesgo en el que
la prevención es clave. Dejo una pequeña infografía sobre los “hablantes
tardíos” y el rol que diversas actuaciones tempranas pueden jugar respecto a
aquellos niños que están en riesgo de presentar déficits en el desarrollo del
lenguaje.
Es interesante la pequeña
síntesis de Singleton (2018). Este, de forma contraria a lo que muchas veces se
había recomendado y abordando las dificultades en el lenguaje de una forma
dimensional, desarrolla algunas buenas razones contra la tradición de “sentarse
y esperar” en esto casos.
Dejo la referencia
Singleton, N. C. (2018). Late
talkers: Why the wait-and-see approach is outdated. Pediatric Clinics, 65(1),
13-29.
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