Entender la dislexia en el siglo XXI: ideas que debemos abandonar para ayudar a los niños que presentan esta dificultad de aprendizaje (Elliott y Grigorenko, 2024)

Hace una década, Elliot y Grigorenko (2014) publicaron su hoy muy conocido libro titulado The dyslexia debate. Este libro suponía una revisión técnica, rigurosa, enciclopédica, de lo que entonces sabíamos sobre la dislexia. Este año, los mismos autores han publicado The dyslexia debate revisited, una nueva edición del libro, incorporando a este las evidencias aparecidas en los diez últimos años. Elliott y Grigorenlo (2024) indican en su trabajo que hay toda una serie de ideas que debemos abandonar en base a la evidencia ahora disponible. Con el motivo del día internacional de la dislexia, que tuvo lugar recientemente, muchas de estas ideas fueron difundidas una y otra vez en diferentes medios y redes sociales. Vamos a revisarlas.

Es necesario abandonar la idea de que dislexia implica una forma diferente de pensar y una mayor creatividad

Una concepción romántica y popular ve la dislexia como una 'forma diferente de pensar', que trae consigo una variedad dones cognitivos (Davis, 1997; Eide y Eide, 2011; West, 2022) De este modo, incluso podría considerarse hasta deseable para algunos presentar esta dificultad de aprendizaje (Gladwell, 2013). Aunque a nadie le disgustaría que esto pasara, Elliott y Grigorenko (2024) indican que no hay evidencias que avalen estas afirmaciones (Chamberlain et al., 2018; Erbeli et al., 2022; Gilger et al., 2016; Majeed et al., 2021; Martinelli et al., 2018; Seidenberg, 2017). Al contrario, se trata de una dificultad de aprendizaje que implica problemas académicos, laborales y personales que no se deben minimizar.

Es necesario abandonar la creencia de que la intervención en dislexia es diferente a la que se da a otros niños con dificultades para decodificar

Los niños que no decodifican bien necesitan una respuesta educativa que conlleve la enseñanza explícita de las correspondencias entre letras y sonidos en programas multi-componente que incorporan conciencia fonémica, decodificación de palabras y la lectura de texto conectado (Fletcher et al., 2019). Esta intervención no solo es adecuada para niños con dislexia. También lo es para aquellos niños que, al inicio de su alfabetización, leen con dificultad y están en situación de riesgo. Otros niños con dificultades en la decodificación por otras causas (desconocimiento del idioma, discapacidad intelectual, etc.) también se benefician de estas aproximaciones.

Es necesario abandonar la idea de que puede fundamentarse la detección de la dislexia en evaluaciones que no abordan aspectos estrechamente relacionados con la lectura

Otra creencia muy extendida es que la detección de la dislexia se basa, fundamentalmente, en la administración de medidas cognitivas de dominio general (memoria de trabajo, velocidad de procesamiento, etc.). Elliott y Grigorenko (2024) detallan ampliamente por qué estas medidas no son adecuadas para el diagnóstico de la dislexia. El indicador central de la dislexia sigue siendo una dificultad grave y persistente para leer de forma precisa y fluida las palabras escritas. Ni siquiera las habilidades fonológicas, muy relacionados con la lectura, se encuentran siempre poco desarrolladas en los niños con dislexia.

Es necesario abandonar la idea de que las dificultades en la escritura y la lectura son siempre inseparables

Aunque las habilidades de lectura y escritura de palabras están ampliamente relacionadas, se ha encontrado que no todos los niños que decodifican adecuadamente presentan la capacidad de escribir las palabras de forma precisa (Moll et al., 2014), especialmente, en ortografías transparentes como la nuestra (Banfi et al., 2022). Por ello, Elliot y Grigorenko (2024) sostienen que las dificultades de lectura y escritura deben evaluarse por separado, de cara a ofrecer una respuesta educativa más individualizada. Parece que, aunque la gran mayoría de los niños con dislexia presentan dificultades en la escritura (Hall et al, 2022), no todos los niños con dificultades en la escritura presentan dislexia.

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