Diseñar los materiales para intervenir en lenguaje: ¿Qué principios técnicos debo seguir? (Plante y Gómez, 2018)

Cuando realizamos una intervención en lenguaje debemos cuidar mucho el input lingüístico que hacemos llegar al niño. Eso implica considerar las estructuras lingüísticas mediante las que presentamos los objetivos, ya que estas deben provocar, en última instancia, una mejora en el lenguaje del niño. Especialmente a edades tempranas, las intervenciones para la mejora del lenguaje se basan en presentar, de forma densa y frecuente, los objetivos lingüísticos a los niños en situaciones más o menos formales (juego guiado, lecturas compartidas, etc.). En un trabajo interesantísimo, Plante y Gómez (2018) indican algunos principios importantes al diseñar las sesiones y los materiales.

El principio de regularidad y variabilidad


Plante y Gómez (2018) señalan que, al diseñar las sesiones, debemos cumplir dos principios. El principio de regularidad implica que el objetivo lingüístico que buscamos adquirir debe ser lo más frecuente que el niño encuentre. Si diseñamos un material en morfosintaxis o en vocabulario, la estructura sintáctica o el vocabulario que queremos trabajar debe aparecer de forma más frecuente que cualquier otra. A esto se le llama consistencia. El principio de variabilidad está relacionado e implica que todo aquello que no sea objetivo debe variar lo máximo posible. Es frecuente encontrar materiales no muy bien construidos, con errores en ambos principios. Veamos algunos ejemplos.

Dejo aquí una mala aplicación del principio de regularidad


Dejo aquí una buena aplicación del principio de regularidad



Dejo aquí una mala aplicación del principio de variabilidad


Dejo aquí una buena aplicación del principio de variabilidad



Alta frecuencia y densidad

El concepto de densidad implica que, para facilitar que el niño extraiga las regularidades lingüísticas, el objetivo debe aparecer de forma muy repetida en un corto intervalo de tiempo. Por tanto, se debe cuidar que el objetivo aparezca de forma masiva en las actividades. Esto parece especialmente importante en niños con problemas en el desarrollo del lenguaje, que necesitan más exposiciones para captar el vocabulario y las estructuras sintácticas. Por poner un ejemplo, Alt et a. (2014) encontraron que cuando las palabras se presentaban con una densidad de entre 4.85 y 14.67 veces por minuto los hablantes tardíos que recibían la intervención adquirían estas palabras de forma más rápida.

Dejo aquí una mala aplicación del principio de alta frecuencia y densidad


Dejo aquí una buena aplicación del principio de alta frecuencia y densidad


Referencia

Plante, E. y Gómez, R. L. (2018). Learning without trying: The clinical relevance of statistical learning. Language, speech, and hearing services in schools, 49(3S), 710-722.

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