¿Usan los profesionales intervenciones articulatorias con niños que, sin embargo, presentan problemas en el habla de tipo fonológico? (Bowen, 2023)

La adquisición del habla es un proceso complejo que implica habilidades de percepción auditiva, almacenamiento y recuperación de información fonológica, así como habilidades de planificación y ejecución motora. Como los errores de habla pueden deberse a dificultades en muchos de estos procesos, no es de extrañar que los perfiles de los niños que presentan Trastornos de los Sonidos del Habla (en inglés: Speech Sound Disorders) sean enormemente heterogéneos. Sin embargo, hay cierta evidencia de que una amplia mayoría de errores en el habla son de tipo fonológico (Dodd et al. 2018) y, por tanto, se benefician más de aproximaciones fonológicas para su abordaje (Bowen, 2023). 

Procesos de simplificación fonológica

Los patrones de errores fonológicos (phonological patterns) son patrones de errores que los niños con un desarrollo típico utilizan para simplificar el habla mientras aprenden a hablar (Hanks, 2013). En base a estos patrones los niños tienden a simplificar las palabras más complejas de una manera predecible. Muchos niños presentan estos errores como parte de su desarrollo normal, pero los superan con el tiempo. Otros, sin embargo, parecen necesitar ayuda profesional. También existen errores fonológicos atípicos (ejemplo: omitir la sílaba inicial) que se encuentran mucho menos en niños con un desarrollo típico. Esto puede ser una señal de que un niño tiene un trastorno fonológico. 

Algunos ejemplos en castellano

Siguiendo a Bowen (2023) este tipo de procesos de simplificación fonológica pueden dividirse, de forma general, en dos categorías: procesos de sustitución y procesos estructurales. En base a trabajos como el de Laura Bosch, sabemos que en castellano son habituales procesos de sustitución como, por ejemplo, las frontalizaciones (/tasa/ por /casa/), la sustitución de las líquidas por /d/ (/dobo/ en vez de /lobo/) o la sustitución de fricativas (/tafa/ por /taza/). Los procesos de simplificación estructurales tienen que ver, por ejemplo, con la omisión de codas silábicas (/capo/ por /campo/) o la reducción de los grupos consonánticos (/futa/ por /fruta/ o /pato/ por /plato/).

¿Usan los profesionales intervenciones basadas en principios de aprendizaje fonológico?

Pese a que la mayoría de los errores de los niños son fonológicos, parece que muchos profesionales no usan intervenciones acordes a lo anterior. En una encuesta llevada a cabo por Hgearty et al. (2018) con 166 profesionales del Reino Unido, los autores reportaron, textualmente, lo siguiente: “los profesionales, a menudo, usan intervenciones articulatorias clásicas para remediar problemas fonológicos, incluso cuando estas se han visto menos efectivas para abordar este tipo de problemas”.  Bowen (2023) opina que los avances en la comprensión del desarrollo fonológico no se transfieren a la práctica real.

Las intervenciones articulatorias son aquellas que enseñan a producir un sonido de forma aislada y, tras un porcentaje de eficacia, lo transfieren sistemáticamente a sílabas, palabras y frases. Muchos investigadores se lamentan de esta práctica generalizada. Bowen (2023) incluye una cita de Bárbara Hodson que dice así: “lo único que yo deseo es que los profesionales se centren en abordar patrones de errores fonológicos cuando atienden a un niño con habla ininteligible, en lugar de centrarse en la producción de sonidos aislados hasta alcanzar un criterio de logro”. Esto no implica que estas intervenciones no sean interesantes para algunos niños, pero desde luego no lo son para todos. Bowen (2023) describe tres principios que subyacen a las intervenciones fonológicas.

Principio 1. Trabajar con grupos de sonidos o estructuras silábicas

En las intervenciones fonológicas los profesionales no seleccionan como objetivo de la intervención la producción de sonidos aislados, sino el trabajo de producción y contraste de grupos de sonidos o estructuras silábicas que el niño tiene problemas para producir. 




Principio 2. Emplear contrastes fonológicos

Las intervenciones emplean contrastes, esto es, grupos de palabras que difieren por sonidos que pueden compartir más o menos rasgos. Una revisión llevada a cabo por Storkel (2022) señala las tres intervenciones que usan contrastes más conocidas: los pares mínimos, las oposiciones máximas y las oposiciones múltiples. Quizá las aborde en otra entrada.



Principio 3. Trabajar a nivel de palabra y manipular el significado

Muchas de las intervenciones fonológicas, como los pares mínimos o las oposiciones múltiples, buscan generar homonimia (los niños nombran de forma similar dos objetos diferentes debido a sus procesos de simplificación fonológica). Esto implica que los niños tengan problemas para comunicarse y manejar el significado debido al hecho de no tener adquiridos ciertos contrastes fonológicos.



Un apunte: las pistas metalingüísticas son comunes a todas las intervenciones (Bowen, 2023)

Las pistas metalingüísticas son aquellas instrucciones que el profesional da para producir sonidos determinados. Se han denominado, coloquialmente, como la instrucción de punto y modo. Suelen ser directas y explícitas (pon los dientes encima del labio de abajo para hacer el sonido /f/), aunque también pueden ser metafóricas (recuerda hacer el sonido /sss/ como hace la serpiente). Bowen (2023) indica que los profesionales deben recordar que ofrecer este tipo de pistas metalingüísticas es necesario tanto en intervenciones fonológicas como articulatorias.

Referencias

Bowen, C. (2023). Children's speech sound disorders. John Wiley & Sons.





Comentarios

  1. Buena información con excelentes datos a destacar.




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    Estudio una licenciatura en mercadoctenia

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