¿Qué habilidades comunicativas deben adquirir los niños en sus dos primeros años y cómo podemos ayudarles a alcanzarlas? (ASHA, 2023)

Este año, toda una institución de referencia como lo es la American Speech-Language Hearing Association (ASHA), ha publicado, basándose en investigación de calidad en el área, qué habilidades comunicativas relacionadas con el lenguaje y el habla suelen adquirir los niños en sus primeros años. Indican también qué podemos hacer para ayudarles a ello. Es importante saber que la propia ASHA advierte dos cosas: a) que hay cierta variabilidad en el desarrollo, por tanto, no siempre se adquieren las habilidades en la misma secuencia exacta y b) que su listado no es un cribado para detectar dificultades. Hago un pequeño resumen con estas precauciones.



De los 0 a los 12 meses: habilidades comunicativas

La ASHA indica que, en los tres primeros meses, los niños suelen mostrarse ya alerta ante los sonidos del entorno. Además, suelen sonreír o quedarse quietos ante el habla del adulto y, además producen sonidos que parecen diferir dependiendo de su estado de ánimo. Entre los cuatro y los seis meses parecen responder ante expresiones faciales, miran objetos que les son de interés y pueden seguir estos con los ojos.  Suelen reaccionar a juguetes que emiten sonidos y producir vocalizaciones que combinan consonantes y vocales /daaaaaaa/. Entre los 7 y los 12 meses  suelen ya mirar cuando se pronuncia su nombre y producir cadenas de sonidos más largas /babababa/ o señalar objetos.

De los 0 a los 12 meses: ¿cómo ayudarles?

Desde la ASHA recomiendan actuaciones como estas:
  • Prestar atención a la audición de los niños, observando si estos reaccionan al habla del adulto.
  • Interaccionar con los niños y responder a lo que ellos hacen (mirarlos cuando emitan ruidos, imitar sus sonidos, hacerles muecas, reír cuando ellos lo hagan…).
  • Enseñar a los niños a copiar acciones como aplaudir, lanzar besos o despedirse con la mano. También a imitar sonidos de animales (una vaca hace “mu”).
  • Describir las acciones que se hacen durante el día (“¡Estas comiendo guisantes hoy!”) y hablar frecuentemente con ellos.
De los 13 a los 18 meses: habilidades comunicativas

Durante estos meses los niños suelen empezar a comprender y a usar palabras para objetos muy comunes, acciones o personas significativas.  Suelen identificar una o más partes del cuerpo. Su habla se vuelve una combinación de cadenas de sonidos largos, sílabas y palabras reales. Miran alrededor cuando alguien usa preguntas como “¿dónde está …?”. A estas edades suelen poder seguir instrucciones sencillas como “dame la pelota”, “ven aquí” o “enséñame la lengua”. Además, pueden usar gestos cuando están excitados, como aplaudir y también para decir “no” como girar la cabeza de un lado a otro. Se comunican para pedir cosas, pero también para obtener información.

De los 13 a los 18 meses: ¿cómo ayudarles?

La ASHA recomienda actuaciones como estas (hay otras):
  • Hablar de los sonidos que hacen los objetos que hay en casa. “Esta moto suena /rrr/, la serpiente hace /ssss/.”
  • Hablar mucho a los niños cuando se visitan lugares nuevos, describiendo lo que se ve: "allí hay un perro. Ese perro es grande. Ese perro es marrón.”
  • Dar a los niños instrucciones en dos pasos: "coge la pelota y ponla en la caja."
  • Leer cuentos a los niños todos los días. Es importante usar libros con imágenes grandes y pocas palabras.
  • Nombrar cotidianamente dibujos e imágenes a los niños.
De los 19 a los 24 meses: habilidades comunicativas

Entre los 19 y los 24 meses los niños deberían usar, al menos, 50 palabras diferentes relacionadas con la comida, juguetes, animales y partes del cuerpo. Estas palabras aun no tienen que producirse de forma perfecta, pero deben guardar ya cierta similitud. A estas edades suelen, además, ser capaces de producir oraciones de dos o más elementos y seguir instrucciones que impliquen varios pasos como: “coge la cuchara y ponla en la mesa”. Deberían ir, progresivamente, usando palabras como “mío" o “tuyo”.  Un apunte: si a los 24 meses tienen menos de 50 palabras o no hacen frases de dos o más elementos hablamos de hablantes tardíos y es aconsejable visitar a un especialista.

De los 19 a los 24 meses: ¿cómo ayudarles?

La ASHA vuelve a ofrecer muchos de los consejos que se recomiendan de los 13 a los 18 meses. Sin embargo, añade algunos como estos (hay otros):
  • Extender y expandir habitualmente lo que el niño dice. Si él dice “coche”, responder “muy bien, ese coche es rojo”.
  • Contar a los niños cuentos de forma diaria con libros que incorporen imágenes grandes para poder describirlas.
  • Señalar a los niños dibujos para que ellos los nombren.
  • Hablar a los niños en tantos idiomas como el adulto domine: aprender varios idiomas no causa problemas de habla o lenguaje.
Conclusión

Esto es solo un resumen de lo que, a mi juicio, es más relevante de entre todo lo que la ASHA señala. Esta información puede ser de utilidad para que las familias sepan lo que es esperable a estas edades. Sin embargo, no debe tomarse como una lista de control que es preciso chequear. El lenguaje emergente de los niños presenta gran variabilidad individual. Sin embargo, sí es importante que, ante cualquier sospecha de que su hijo está mostrando dificultades en la comunicación, las familias  consulten con un especialista. Quizá está información desarrollada desde la ASHA pueda darles alguna orientación de cuándo ello es conveniente.

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