Déficit en las habilidades pragmáticas en niños con Trastorno del Desarrollo del Lenguaje: algunos apuntes

Las habilidades pragmáticas del lenguaje se definen como aquellas que implican usar el lenguaje de forma apropiada en diferentes contextos o situaciones comunicativas. La no adquisición de dichas habilidades implica problemas para comunicarse y “conectar” durante las interacciones sociales y, además, se relaciona con dificultades en el desarrollo académico y laboral (Alduais et al., 2022). Para quienes se acercan por primera vez al estudio de estas dificultades la heterogeneidad de la investigación y la diversidad terminológica no ayudan. Además, los mecanismos cognitivos que subyacen a dichas dificultades aun generan cierto debate (Andrés-Roqueta y Katsos, 2020). 



1. Caracterizando las dificultades en la pragmática

Algunos autores han descrito diversas conductas asociadas a dichos problemas en la pragmática. Algunos de las señaladas por Adams (2001) son los siguientes: pobre ajuste e interpretación de las intenciones del interlocutor, verborrea excesiva, conversación anclada en tópicos recurrentes o tendencia a acaparar las interacciones. Las habilidades pragmáticas, por supuesto, van más allá de las dificultades puramente lingüísticas e implican el desarrollo de otras habilidades como la Teoría de la Mente o la cognición social (Perkins, 2010). Las dificultades en las habilidades pragmáticas se han señalado como afectadas en diferentes grupos.

Es bien conocido, por ejemplo, que los niños ubicados dentro del Trastorno del Espectro Autista presentan dificultades centrales en el desarrollo de las habilidades pragmáticas y en la comunicación social (Baird y Norbury, 2016). En una revisión reciente Carruthers et al. (2021) encontraron que las habilidades pragmáticas de los niños con TDAH también se encontraban por debajo de las de sus iguales, aunque los déficits eran menores a los mostrados por los niños con TEA. Los niños con Trastorno del Desarrollo del Lenguaje, por su parte, también presentan, en ocasiones, déficits en las habilidades pragmáticas. No obstante, parecen presentar algunas características interesantes que conviene revisar.

2. Déficits en  la  pragmática en niños con TDL

El TDL afecta entre el 3% y al 7% de los niños escolarizados en nuestras aulas e implica dificultades en diferentes ámbitos del lenguaje que no se deben a una condición biomédica conocida  (Bishop et al., 2017). Los déficits más habituales descritos en los niños con TDL han tenido que ver con aspectos estructurales (fonología, morfosintaxis…) o semánticos. Sin embargo, también se han descrito déficits en la pragmática en algunos de estos niños. No obstante, en un trabajo reciente, Andrés-Roqueta y Katsos (2021) encontraron algunas diferencias interesantes en las habilidades pragmáticas de niños con TDL, respecto a las de los niños con TEA.

Los autores encontraron que los niños con TEA y TDL puntuaron de forma similar en un tipo de tareas que ellos denominaron “linguistic pragmatic”. Para tener éxito en ellas se precisa tener buen vocabulario y morfosintaxis, pero no es tan importante entender los deseos y las intenciones del interlocutor.  Sin embargo, en un segundo tipo de tareas denominadas “social pragmatic” en las que tener en cuenta estas intenciones o deseos sí era importante, los niños con TEA puntuaron significativamente peor que los niños con TDL. El bajo rendimiento en este tipo de tareas se predecía por las habilidades de Teoría de la Mente que los niños presentaban. 

En relación con esto, Pennington et al. (2019) en su conocido manual “Diagnosing Learning Disorders” postulan que, mientras que los niños TEA parecen mostrar habilidades pragmáticas atípicas o cualitativamente diferentes, algunos niños con TDL mostrarían, más bien, un cierto retraso en su desarrollo. Por tanto, el perfil en los niños con TDL no serían unas habilidades pragmáticas alejadas de lo esperable, sino similares a aquellas que presentan niños pequeños con un nivel lingüístico similar. En palabras suyas, los niños con TDL presentarían “más un retraso que una desviación”. Esto puede encajar, en cierto grado, con lo encontrado por Andrés-Roqueta y Katsos (2021). No obstante, es necesaria más investigación.

3. Otros términos: Pragmatic Language Impairment (PLI) y Social Comunication Disorder (SCD)

El puzle terminológico no termina aquí. Algunos niños que no cumplen los criterios para el diagnóstico de TEA parecen mostrar déficits lingüísticos centrados, en mayor medida y de forma algo más específica, en aspectos relacionados con la pragmática del lenguaje que en aspectos estructurales (fonología, morfosintaxis…). Sin entrar a valorar la validez de dichas categorías, se han empleado términos como Pragmatic Language Impairment (PLI) (Bishop, 2014) o, de forma algo más general, el discutido Social Comunication Disorder (SCD) (Norbury, 2014) que han tratado de describirlos.

4. Sobre la intervención

Parece existir al respecto un menor grado de investigación que en otros aspectos lingüísticos o comunicativos. Hay, no obstante, algunos trabajos interesantes. Por ejemplo, una intervención denominada “The Social Communication Intervention Project” (SCIP) parece haber encontrado resultados positivos y haber obtenido un cierto grado de validez en estudios controlados y aleatorizados (Adams et al., 2012). Pereira et al. (2022) publicaron recientemente un estudio cuasiexperimental en el que administraron un programa denominado “Pragmatic Intervention Programme” (PICP) con resultados positivos. Los revisaremos más adelante.

Referencias

Adams, C. (2001). Clinical diagnostic and intervention studies of children with semantic’pragmatic language disorder. International Journal of Language y Communication Disorders, 36(3), 289-305.

Alduais, A., Majorano, M., Andrés‐Roqueta, C., Hamaguchi, P., Persici, V. y Qasem, F. (2022). Conceptualizing, defining, and assessing pragmatic language impairment in clinical settings: A scoping review. Infant and Child Development, 31(6), e2368.

Andrés-Roqueta, C. y Katsos, N. (2020). A distinction between linguistic and social pragmatics helps the precise characterization of pragmatic challenges in children with autism spectrum disorders and developmental language disorder. Journal of Speech, Language, and Hearing Research, 63(5), 1494-1508.

Baird, G. y Norbury, C. F. (2016). Social (pragmatic) communication disorders and autism spectrum disorder. Archives of Disease in Childhood, 101(8), 745-751.

Bishop, D. V. (2014). Pragmatic language impairment: A correlate of SLI, a distinct subgroup, or part of the autistic continuum?. In Speech and language impairments in children (pp. 113-128). Psychology Press.

Bishop, D. V., Snowling, M. J., Thompson, P. A., Greenhalgh, T., Catalise‐2 Consortium, Adams, C., ... & house, A. (2017). Phase 2 of CATALISE: A multinational and multidisciplinary Delphi consensus study of problems with language development: Terminology. Journal of Child Psychology and Psychiatry, 58(10), 1068-1080.

Carruthers, S., Taylor, L., Sadiq, H. y Tripp, G. (2021). The profile of pragmatic language impairments in children with ADHD: A systematic review. Development and Psychopathology, 1-23.

Pennington, B. F., McGrath, L. M., & Peterson, R. L. (2019). Diagnosing learning disorders: From science to practice. Guilford Publications.

Perkins, M. R. (2010). Pragmatic impairment. The handbook of language and speech disorders, 227-246.


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