Intervenciones para la mejora de la decodificación en niños que muestran dificultades graves y persistentes: algunas reflexiones (Al Otaiba et al., 2022)

Uno de los criterios que suele usarse para la detección y el diagnóstico de la dislexia es que las dificultades para decodificar las palabras escritas de forma y fluida persistan en el tiempo pese a una adecuada respuesta educativa (Miciak y Fletcher, 2020). Una de las preguntas que surgen a partir de eso es: ¿contamos con intervenciones que mejoren la decodificación en aquellos niños que han mostrado dificultades graves y persistentes? Al Otaiba et al (2022) realizan una breve revisión al respecto de algunos de esos raros trabajos desarrollados con niños con dificultades resistentes a la intervención.



El trabajo de Denton et al. (2006): participaron 27 niños con dificultades para decodificar resistentes a la intervención. Más de la mitad de estos niños no habían respondido previamente a una intervención bien fundamentada aplicada en grupo clase (Tier 1) y, más tarde, en pequeño grupo (Tier 2). Los niños recibieron una intervención diaria en grupos de dos estudiantes (Tier 3) que incluía una sesión para la mejora de la decodificación y otra enfocada en la fluidez. Los investigadores informan de tamaños de efecto entre moderados y altos en la mejora de la decodificación de los niños participantes respecto a los del grupo control.

El trabajo de Scanlon et al. (2005): se aplicó de forma diaria e individualizada una intervención a estudiantes del primer grado de enseñanza elemental que habían mostrado anteriormente serias dificultades para aprender a decodificar. Se comparaban dos intervenciones que incluían conciencia fonológica, enseñanza de las correspondencias entre grafemas y fonemas, decodificación de palabras y lecturas repetidas, aunque variaban el tiempo dedicado a cada una de ellas. Los niños de ambos grupos, que presentaban un riesgo alto de dislexia, mostraron mejoras significativas y moderadas respecto al grupo control.

El trabajo de Denton et al. (2013): participaron un total de 72 niños con dificultades persistentes. Los participantes habían recibido, sin éxito, programas educativos basados en la evidencia para la mejora de la decodificación en grupo clase (Tier 1) y en grupo reducido (Tier 2). Los niños recibieron 4 o 5 sesiones semanales de 45 minutos en grupos de 2 o 3 estudiantes durante 14 semanas. Se fue monitorizando el progreso y ajustando sistemáticamente la intervención al desempeño de los estudiantes . Los niños que recibieron la intervención mejoraron la decodificación respecto al grupo control de forma significativa y moderada.

Conclusiones. Al Otaiba et al. (2022) indican que para mejorar la decodificación de niños con dificultades graves y persistentes: 1. Es conveniente disminuir el tamaño de los grupos de forma que los niños tengan más oportunidades de práctica y reciban mayor feedback. 2. Parece conveniente dar más intensidad y duración a la intervención. 3. Parece necesario, al menos según Denton et al. (2013), individualizar enormemente las sesiones en función del progreso de los niños. Los autores parten de una evaluación detallada de sus errores y gradúan sistemáticamente la dificultad en función de cómo los niños avanzan.

Una reflexión personal: hay poca discusión en los beneficios que tiene para el alumnado con dislexia que todos los niños reciban prácticas para la alfabetización bien fundamentadas y basadas en propuestas sólidas y contrastadas. Eso parece prioritario, al igual que desarrollar programas de prevención que, a edades prelectoras, desarrollen en todos los niños habilidades clave como el vocabulario o la conciencia fonológica. Sin embargo, eso no quita que algunos niños con dificultades graves y persistentes para decodificar necesiten intervenciones individualizadas, intensivas y técnicamente muy cuidadas para mejorar su decodificación. Parece haber datos que indican que, al menos para algunos niños, pueden ser muy necesarias.

Referencias

Al Otaiba, S., McMaster, K., Wanzek, J. y Zaru, M. W. (2022). What we know and need to know about literacy interventions for elementary students with reading difficulties and disabilities, including dyslexia. Reading Research Quarterly.

Denton, C. A., Fletcher, J. M., Anthony, J. L. y Francis, D. J. (2006). An evaluation of intensive intervention for students with persistent reading difficulties. Journal of learning disabilities, 39(5), 447-466.

Denton, C. A., Tolar, T. D., Fletcher, J. M., Barth, A. E., Vaughn, S. y Francis, D. J. (2013). Effects of tier 3 intervention for students with persistent reading difficulties and characteristics of inadequate responders. Journal of educational psychology, 105(3), 633.

Scanlon, D. M., Vellutino, F. R., Small, S. G., Fanuele, D. P. y Sweeney, J. M. (2005). Severe reading difficulties—Can they be prevented? A comparison of prevention and intervention approaches. Exceptionality, 13(4), 209-227.



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