El uso de las elicitaciones y extensiones en las conversaciones con el alumnado de Educación Infantil y su contribución al desarrollo del vocabulario

El desarrollo del vocabulario en Educación Infantil parece clave. Sabemos, por ejemplo, que el vocabulario a los cinco años es un predictor sólido de la comprensión lectora a los ocho años (Hjetland et al., 2017). Por ello, no es nada sorprendente que contemos con metaanálisis de cómo enseñarlo de forma eficaz en Educación Infantil (Marulis y Neuman, 2010) o con intervenciones específicas para tratar de instruirlo de forma explícita a través de actividades como la lectura de cuentos (Silverman, 2007). Sin embargo, Cabell et al. (2015) realizaron una interesante investigación para comprobar cómo el uso por parte de los profesionales de algunas estrategias en las conversaciones con los niños podía contribuir al desarrollo del vocabulario en el alumnado de Educación Infantil.

El trabajo de Cabell et al. (2015)

Se acepta generalmente que la importancia de mantener interacciones lingüísticamente ricas, frecuentes y significativas con los niños de edades tempranas para contribuir al desarrollo de su vocabulario. Cabell et al. (2015) trataron de comprobar si el uso de dos técnicas sencillas por parte del profesorado de Educación Infantil podría contribuir al desarrollo del vocabulario de su alumnado. Las dos técnicas eran las siguientes:

  • Elicitaciones: se trata de intentos de evocar el habla de los niños que se llevan a cabo a través de preguntas abiertas. Las elicitaciones (e. g., ¿Cómo creéis que pudo romperse esa ventana?) hechas a través de preguntas abiertas que no requieren una respuesta unívoca se han considerado capaces de suscitar una mayor cantidad de habla en los niños que comentarios que no incluyen preguntas o el uso de preguntas con una respuesta cerrada.
  • Expansiones: consisten en seguir la respuesta del niño a las conversaciones para aportar más información y detalles. Son útiles para mantener al niño varios turnos en una conversación, dar más información o reformular las expresiones del niño en frases más ricas y estructuralmente apropiadas (un ejemplo puesto en en atículo: niño: 50 dólares; profesional: ¿Dónde crees que puedo conseguir 50 dólares?).

En el estudio de Cabell et al. (2015) participaron 44 profesores de Educación Infantil y un total de 297 niños seleccionados de forma aleatoria de sus clases (160 niños y 137 niñas; cerca de 7 niños por clase). Los niños tenían una medía de 51.86 meses al inicio del estudio (DT 5.5), esto es, la mayoría tenían entre 4 y 5 años.  Muchos de los profesionales que participaron habían recibido un programa formativo llamado (Language, learning an love it; LLLI) para mejorar sus habilidades conversaciones con el alumnado de Educación Infantil. Los niños fueron evaluados con medidas de vocabulario receptivo y expresivo. El uso de las elicitaciones y las expansiones fue codificado tras grabar en vídeo las clases de los maestros de forma aleatoria durante un curso escolar. Una vez controladas otras variables los resultados indicaban que un mayor uso de estrategias de elicitación y expansión estaban positivamente relacionadas con el desarrollo del vocabulario durante el año escolar (p < .05).

Otros contextos de aplicación

Parece que el uso de estrategias de comunicación que incorporan elicitaciones, expansiones y reformulaciones puede ser útil también para mejorar la comunicación en niños con retrasos en el lenguaje cuando son aplicadas por sus cuidadores (Fey et al., 2006). En todo caso, resultan estrategias muy interesantes que conocer. No obstante, deben combinarse con programas explícitos que reconozcan a aquellos niños que muestran peor desempeño en habilidades básicas en Educación Infantil relacionadas con aspectos como la conciencia fonológica, el vocabulario o el desarrollo gramatical, de forma que estos puedan recibir una atención preventiva y de calidad. véase un trabajo precioso (Lonigan y Philips, 2016) para un trabajo de este tipo en Educación Infantil.

Referencias

Cabell, S. Q., Justice, L. M., McGinty, A. S., DeCoster, J., y Forston, L. D. (2015). Teacher–child conversations in preschool classrooms: Contributions to children's vocabulary development. Early Childhood Research Quarterly, 30, 80-92.

Fey, M. E., Warren, S. F., Brady, N., Finestack, L. H., Bredin-Oja, S. L.,Fairchild, M., et al. (2006). Early effects of responsivity education/prelinguisticmilieu teaching for children with developmental delays and their par-ents. Journal of Speech, Language, and Hearing Research, 49, 526–547.http://dx.doi.org/10.1044/1092-4388(2006/039)

Hjetland, H.N., Brinchmann, E.I., Scherer, R. y Melby‐Lervåg, M. (2017), Preschool pre-dictors of later reading comprehension ability: a systematic review. Campbell Sys-tematic Reviews, 13: 1-155. doi:10.4073/csr.2017.14

Lonigan, C. J. y Phillips, B. M. (2016). Response to instruction in preschool: Results of two randomized studies with children at significant risk of reading difficul-ties. Journal of Educational Psychology, 108(1), 114–129.

Marulis, L. M., y Neuman, S. B. (2010). The effects of vocabulary intervention on young children’s word learning: A meta-analysis. Review of educational research, 80(3), 300-335.

Silverman, R. (2007). A comparison of three methods of vocabulary instruction during read-alouds in kindergarten. The Elementary School Journal, 108(2), 97-113.


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