Intervención en la adquisición de vocabulario en adolescentes de minorías lingüísticas. Conclusiones de un estudio controlado y aleatorizado

Lesaux et al. (2014) llevaron a cabo un estudio controlado y aleatorizado en el que participaron, entre otros estudiantes, un total de 1469 adolescentes que pertenecían a los que ellos llamaron “minorías lingüísticas”. Los autores usaron este término para referirse a aquellos estudiantes en cuyos hogares no se empleaba de forma habitual el lenguaje hablado en la escuela (en este caso el inglés) para comunicarse. Según un conocido informe llevado a cabo por August y Shanahan (2006) estos niños parecen tener un mayor riesgo de fracaso académico, ya que tienen que adquirir una gran destreza en el uso de la lengua hablada en la escuela de forma rápida, teniendo que aprender una gran cantidad de palabras con menor exposición al idioma que sus iguales.

Una intervención para la mejora del vocabulario académico

Para tratar de incidir en dicha problemática Lesaux et al. (2014) diseñaron una intervención cuya finalidad era ampliar el vocabulario académico de estos adolescentes. Los autores usaron el término “vocabulario académico” para referirse a aquellas palabras que aparecen frecuentemente y de forma transversal en textos expositivos de diversas disciplinas académicas, pero que aparecen de forma infrecuente en las conversaciones orales (algunos ejemplos de vocabulario académico expuestos en el estudio son: expandir, generar, integrar). La enseñanza explícita de este tipo de vocabulario parece a los autores una vía interesante para mejorar el acceso de estos adolescentes a los contenidos del currículum. Los 1469 adolescentes fueron asignados de forma aleatoria al grupo que recibió la intervención de vocabulario (n=700) o al grupo control (n=769), que recibió una intervención en la que los niños practicaban la lectura, escritura, la comprensión y la expresión oral), pero donde no había instrucción de vocabulario. La intervención tuvo 20 semanas de duración y los niños recibieron una sesión diaria de 45 minutos. Hubo un total de 9 ciclos de dos semanas que enseñaban una serie específica de palabras y 2 ciclos de una semana cuya finalidad era revisar las palabras ya vistas.

Principios instruccionales

La enseñanza de los 70 términos escogidos para llevar a cabo la intervención se basó en principios instruccionales sólidos que aglutinan evidencia empírica para la enseñanza de vocabulario (Beck et al. 2002). Estos son los principios metodológicos:

1. La intervención introducía las palabras en contextos lingüísticamente significativos, esto es, en textos similares a los que ellos manejaban en su nivel académico.

2. Las palabras a enseñar son altamente transferibles entre diferentes disciplinas y son útiles en muchos contextos. 

3. La palabra se enseña en varios contextos y se ahonda en ella desde gran variedad de ángulos, esto es, revisando su significado, su función sintáctica e incluso su morfología.

4. Una vez empleada la palabra instruida se trataba de transferir, posteriormente, a actividades más contextualizadas y relacionadas con actividades que conllevaban leer, escribir, escuchar y hablar.

La intervención trataba, además de centrarse en habilidades metacognitivas del alumnado y aportar estrategias para, a través de aspectos como el análisis de los morfemas de las palabras, extraer por sí mismos el mayor conocimiento posible de los términos presentados. Además, la intervención proponía una gran cantidad de exposiciones e interacciones en torno a la palabra, permitiendo a los adolescentes emplearla de forma conjunta en discusiones y otras actividades.

Resultados 

En medidas proximales a la intervención los resultados parecen interesantes. Los autores aportan, en 20 semanas, tamaños de efecto moderados respecto al grupo control (d=.49) en una prueba que valoraba el aprendizaje de las palabras instruidas y en otra prueba que valoraba las habilidades de descomposición morfológica de los adolescentes (d=.43). Como suele ocurrir en este tipo de intervenciones, en medidas más distales a la intervención los efectos encontrados son más discretos. Las diferencias encontradas respecto al grupo control en la comprensión de textos que incluían las palabras empleadas y en una medida estandarizada de escritura, si bien fueron significativas (p < .05) se tradujeron en tamaños de efecto bajos (d=.16 y .21 respectivamente). Además, las mejoras observadas en una prueba estandarizada de comprensión lectora fueron inexistentes y las diferencias entre los dos grupos no eran diferentes de las que cabría esperar por azar. Esto último pone el foco en uno de los grandes desafíos de la enseñanza de vocabulario, que no es otro que el de mejorar el lenguaje más allá de las palabras instruidas, tratando de observar mejoras en medidas distales, como las pruebas estandarizadas de comprensión lectora (puede verse un interesante metaanálisis sobre este tema en Elleman et al., (2009)). El estudio incorpora, además de las aquí mostradas, otros grupos de participantes y otras medidas, por lo que conviene revisar el artículo para mayor información.

Conclusiones

A pesar de la falta de transferencia a medidas estandarizadas de comprensión lectora, el trabajo de Lesaux et al. (2014) resulta interesante porque, además de las mejoras proximales en dicha intervención (la adquisición de las palabras instruidas), sí genera en 20 semanas pequeños efectos en habilidades más distales como la comprensión de pasajes que incorporan las palabras enseñadas o en una prueba estandarizada de escritura. Los autores hipotetizan que, quizás, en intervenciones más transversales que duren varios cursos y de forma más espaciada puedan generarse efectos mayores. Además, este tipo de trabajos pueden inspirar otras aproximaciones y tienen, a mi juicio, el loable objetivo de tratar de atender a la diversidad y de buscar incrementar el aprendizaje de grupos de alumnos que necesitan actuaciones específicas.  

Referencias

August, D., y Shanahan, T. (Eds.). (2006). Developing literacy in second-language learners: Report of the National Literacy Panel on language-minority children and youth. Mahwah, NJ: Lawrence Erlbaum.

Beck, I. L., McKeown, M. G., y Kucan, L. (2002). Bringing words to life. New York, NY: Guilford.

Elleman, A. M., Lindo, E. J., Morphy, P., y Compton, D. L. (2009). The impact of vocabulary instruction on passage-level comprehension of school-age children: A meta-analysis. Journal of Research on Educational Effectiveness, 2(1), 1-44.

Lesaux, N. K., Kieffer, M. J., Kelley, J. G. y Harris, J. R. (2014). Effects of academic vocabulary instruction for linguistically diverse adolescents: Evidence from a randomized field trial. American Educational Research Journal, 51(6), 1159-1194.


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